Noche de Balada

(Intro)
Hay amores que no se nombran…
se sienten en silencio,
en esas horas donde nadie mira.

(Verso 1)
Hay noches en las que el sueño me deja solo,
y mi cabeza se vuelve un océano que no termina.
Ahí, donde todo duele un poco más,
vos aparecés como una luz que no sabía que existía.

Yo era un cuerpo vacío,
un latido que no encontraba su ritmo,
un alma gastada que ya no esperaba nada…
hasta que tu presencia me trajo un respiro.

(Pre-Coro)
Y quizás el mundo nunca entienda
lo que significó encontrarte,
pero Dios sí lo sabe,
porque fue Él quien me sostuvo cuando empecé a amarte.

(Coro)
Porque por vos paso noches en vela,
peleando con sombras que quieren volver.
Pero tu nombre, aunque no lo diga,
es la calma que mi mente no puede entender.
Lo nuestro es un misterio que no entra en palabras,
una verdad que nace solo en nuestra piel.
Y aunque el mundo lo dude, aunque nadie comprenda,
este amor… va más allá de lo que se puede ver.

(Verso 2)
A veces cierro los ojos para descansar
y la cabeza empieza a hablar demasiado fuerte.
Pero yo sigo, lucho, respiro,
porque sé que este amor vale más que mis noches rotas.

Por vos entregué los pensamientos que me quemaban,
dejé caer los miedos que nunca confesaba.
Y aunque tiemble por dentro, sigo firme,
porque el alma reconoce cuando algo la salva.

(Pre-Coro)
Y no, no solté a Dios en el proceso,
al contrario, me aferré más fuerte,
porque entendí que amar también es fe,
y que lo nuestro es obra de Su suerte.

(Coro)
Porque por vos paso noches en vela,
peleando con sombras que quieren volver.
Pero tu nombre, aunque no lo diga,
es la calma que mi mente no puede entender.
Lo nuestro es un misterio que no entra en palabras,
una verdad que nace solo en nuestra piel.
Y aunque el mundo lo dude, aunque nadie comprenda,
este amor… va más allá de lo que se puede ver.

(Puente poético)
Y si algún día preguntan qué somos,
diré que somos dos almas encontrándose en la tormenta,
dos faros encendidos en medio del ruido,
dos historias que el destino quiso unir sin preguntar.

(Outro)
Y aunque mis noches sigan inquietas,
aunque mi mente no siempre me quiera dejar en paz,
sé que tu luz vale cada desvelo…
porque amar así…
no le pasa a cualquiera.